En la lista de la Licenciada
figura que hoy comí
un tomate con sal
arroz y zapallos.
No dice
que hoy puse,
otra vez
un puñado demás.
Tampoco que guardabas el pan para los patos,
ni de que odiabas las frutas.
A la Licenciada esas cosas no le interesan,
está ocupada contando las calorías.
Ella tampoco sabe
que una vez al año,
cocino para los dos
y dejo tu plato afuera
junto a los pinos,
para ver si vuelves.
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